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ENSAYO FINAL

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Cuando me matriculé en esta asignatura, Diseño, Cultura Visual y Educación, lo hice con muchísima ilusión. Me parecía interesante y pensaba que sería una oportunidad para aprender cosas nuevas. Sin embargo, mi emoción inicial se transformó rápidamente en frustración. Me matriculé tarde y me costó muchísimo entender qué estábamos haciendo, lo que hizo que me sintiera desubicada desde el principio. Las primeras clases fueron un caos para mí; no entendía nada y me sentía completamente perdida, como si estuviera en una asignatura que no era para mí, llegué a pensar que me había equivocado al elegir la asignatura. 

Con el paso del tiempo y mucho esfuerzo, empecé a ver las cosas desde otra perspectiva. Aunque me costaba adaptarme, poco a poco comprendí que esta experiencia era una forma de obligarme a salir de mi zona de confort. A pesar de las dificultades, empecé a sentir curiosidad por los ejercicios y las actividades que se nos proponían. Fue entonces cuando comencé a disfrutar de lo diferente que era esta asignatura.

Uno de los aspectos que más me sorprendió fueron los ejercicios que nos mandaban, especialmente aquellos que nos pedían reflexionar sobre cosas tan simples y profundas como lo que pensamos antes de dormir. Nunca había hecho algo parecido, y fue una manera inesperada de conectar conmigo misma y con mis emociones. 

Otra cosa que me llamó mucho la atención fue tener que crear nuestra propia página web desde cero, en lugar de utilizar plataformas más establecidas como Prado o la página oficial de la universidad. Este cambio me pareció muy acertado, porque me obligó a explorar una herramienta nueva y a aprender habilidades que no había considerado antes. Aunque al principio fue complicado, al final me gustó mucho el proceso y me sentí muy orgullosa del resultado.

El trabajo en el mundo digital fue un gran reto para mí. Nunca he sido especialmente hábil con estas herramientas, y enfrentarme a la inteligencia artificial fue toda una experiencia. No sabía ni por dónde empezar, y los primeros intentos fueron bastante frustrantes. Sin embargo, poco a poco fui aprendiendo a trabajar con esta tecnología y a integrar sus resultados en mi proceso creativo.

El proyecto colectivo fue uno de los momentos más importantes de la asignatura. Decidí centrarme en la Transición Española, un periodo que siempre me ha fascinado por su complejidad y relevancia histórica. Crear imágenes que representaran este tema fue complicado, especialmente porque los resultados iniciales de la inteligencia artificial no eran lo que esperaba. Fue un proceso lleno de pruebas, errores y ajustes, pero al final conseguí algo que realmente reflejaba lo que quería transmitir.

El proyecto individual fue igualmente significativo. Tenía que estar relacionado con el colectivo, así que decidí crear un juego interactivo que abordara la Transición Española. Este proyecto fue muy especial porque, a pesar de ser un gran desafío, lo disfruté muchísimo. Diseñar las dinámicas del juego y pensar en cómo involucrar a los usuarios fue un proceso creativo que me permitió experimentar de una manera que nunca antes había hecho. Me fui de esta asignatura con un proyecto que realmente me hizo sentir orgullosa.

Reflexionando sobre todo lo vivido, me doy cuenta de que esta asignatura ha sido una experiencia de aprendizaje único. No solo me ha enseñado a trabajar con herramientas digitales y a explorar nuevas formas de diseño, sino que también me ha ayudado a entender la importancia de contar historias a través de imágenes. Cada elección que hacía, cada composición, tenía un impacto en cómo se interpretaba la narrativa. Esto es algo que me llevo como una de las lecciones más valiosas.

Además, el trabajo en equipo fue fundamental. Compartir ideas y escuchar los enfoques de mis compañeros fue una parte clave del proceso. Este intercambio de perspectivas me ayudó a ver mis propios proyectos desde otros ángulos y a entender que siempre hay más de una manera de abordar un problema creativo.

En definitiva, esta asignatura me ha enseñado mucho más de lo que esperaba. No solo he aprendido sobre diseño y cultura visual, sino también sobre mí misma: cómo puedo enfrentarme a lo desconocido, cómo manejar la frustración y cómo crecer a partir de cada desafío. Ahora entiendo que el diseño es mucho más que crear algo visualmente atractivo; es una herramienta para comunicar, reflexionar y transformar nuestra forma de entender el mundo.

Al igual que en la película Las cinco obstrucciones, donde los límites se convierten en motores de creatividad, esta asignatura me ha enseñado que los retos no son un obstáculo, sino una oportunidad para crecer. Me voy con un buenísimo sabor de boca, con nuevos aprendizajes y con muchas ganas de seguir explorando todo lo que el diseño puede ofrecer.

Diseño
Cultura Visual
Educación

Facultad de Bellas Artes UGR

Realizado por Carla Leva Álvarez

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